Boina, Mariquita , Tazmania y dos hermanos más, que ya están adoptados, estuvieron a punto de nacer en la calle donde vivía su madre. Una persona que le alimentaba, decidio subirle a su casa, para que los gatitos naciesen y creciesen en lugar seguro. Acostumbrados a la gente desde el día en que nacieron, son adorables y muy cariñosos.